Una etiqueta adhesiva puede lucir más atractiva cuando usamos algunos acabados como un recurso no solo de protección, si no como una estrategia para captar la mirada de quienes comprarán el producto. En este blog hablaremos de dos acabados que en ocasiones confundimos o no estamos seguros que cuál elegir: el brillo UV o el laminado.
Empecemos definiendo que es un brillo UV y sus bondades. Se trata de una resina de secado rápido con luz ultravioleta que da un acabado brillante a la superficie de las etiquetas, también se le conoce como barniz UV y puede ser total o parcial. Total cuando cubre la totalidad de la superficie; parcial cuando únicamente cubre son su brillo ciertas partes de la superficie. Esta fina capa de resina visualmente puede realzar la impresión y los colores. Es un acabado que se usa generalmente para proteger la impresión sobre los materiales adhesivos y no adhesivos.
Las ventajas de este acabado son muchas, empecemos hablando por la reducción considerable del uso de plásticos que impacta el medio ambiente facilitado la destrucción y reciclaje de los materiales usados para la fabricación de etiquetas. En segundo lugar, la intensidad del brillo que resulta ser elegante y pulcro, el efecto de reflejo que genera es llamativo y resalta los colores. Por último hablemos del costo ya que resulta muy rentable, ya que su desperdicio es mínimo y basta con una fina capa de aplicación para lograr el efecto.
¿La aplicación de reserva otorga la propiedad de impermeabilidad a las etiquetas?
Recordemos que el brillo UV es una aplicación sobre la superficie, es decir, un acabado y aunque su composición química repele los líquidos no significa que cambie las propiedades y el comportamiento del material que se uso para la fabricación de las etiquetas. Cuando el material que se usa es papel, el UV funciona como un protector y como lo mencionamos anteriormente, le otorga un acabado brillante, pero no lo impermeabiliza totalmente la etiqueta. Recordemos que entre la superficie y adhesivo pueden filtrarse fluidos que podrán afectar el aspecto y las propiedades de la etiqueta. En ese caso, si nuestro productos estará expuesto a un ambiente con un alto porcentaje de humedad, o en constante contacto con fluidos, lo mejor es pensar en usar un material que sea película y evitar este tipo de reacciones.
Ahora hablemos del laminado o plastificado , existen varios tipos de laminado, los más comunes son laminado brillante y laminado mate. Se trata de una fina película de plástico que refleja la luz y crea una protección en la totalidad de la superficie de la etiqueta. Este proceso otorga mayor consistencia y resistencia, es decir garantizará que la etiqueta adhesiva tenga una duración mayor y se prolongue en el tiempo.
Este tipo de acabado es uniforme y se aplica después de la impresión y antes del troquelado, así que no podemos lograr laminados parciales que incluyan formas especiales, para ello la mejor opción será el UV parcial.
El laminado otorga impermeabilización a la superficie de la etiqueta, sin embargo, al igual que lo explicamos anteriormente si la etiqueta esta fabricada de un material que sea papel y no película, podría tener infiltraciones entre la superficie y la etiqueta al tener contacto con fluidos o en ambientes húmedos.
¿cuál de las dos elegir?
La elección tendrá que estar basada en lo que queremos lograr y el impacto que esperamos tener en el consumidor final. No olvidemos que más que protección, el brillo UV y el laminado pueden usarse como una acabado especial en las etiqueta. Si tienes dudas puedes redirigirte a nuestra sección de acabados donde explicamos más a fondo nuestras posibilidades.
IMPORTANTE: Sin importar el material que quieras laminar, y piensas imprimir después en una impresora térmica o de códigos de barras algún datos variable, notificado con anterioridad, para ello se debe usar un laminado especial conocido como » laminado imprimible» de lo contrario no podrás imprimir sobre el laminado convencional. En el caso del UV sucede lo mismo, el UV imprimible será el adecuado.